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Mostrando entradas de julio, 2018

Paradoja

¿Cómo hacerte saber, lo que me importas?, ¿como hacerte sentir, lo que te quiero?, ¿como hacerte saber, que en mi existencia, eres clave, transformación, lucero? ¿Cómo hacerte sentir, lo que yo sufro?, ¿como hacerte saber, lo que yo sueño?, si briĺlas por tu ausencia, en mis días; y no eres luna, que discurra por mi cielo? ¿Cómo hacerte saber, lo que me inquieta?, ¿cómo hacerte sentir, que yo no puedo. Imaginar otros rasgos en tu alma; y concebir otra silueta entre tu lecho? ¿Cómo hacerte saber, que te odio y amo, por llevarme, igual al cielo que al infierno?

Celos

Tengo celos del sol, que alevoso, te toca la piel. Tengo celos del agua, que a su antojo, te besa los pies. Tengo celos del aire, que acaricia invisible, tus ojos de miel. Tengo celos de tanto quererte, de tanto pensarte; y tanto soñarte, a la vez. Tengo celos de tanto escribirte, de tanto cantarte; y de no nombrarte a gritos también. Tengo celos de tanto esperarte, de tanto anhelarte; y no poderte, como quiero, a mi lado, tener...

Desolación

 Mi casa queda tan oscura, cuando se va mi hijo; retumba en las paredes, el eco del vacío. Mi casa queda desolada, cuando se va mi hijo, acuden los fantasmas, cubiertos de sigilo. Mi casa queda entre penumbras, cuando se va mi hijo, la luna se derrumba, la noche es un martirio. Mi casa queda tan callada cuando se va mi hijo, sollozan las luciérnagas, enmudecen los grillos. Mi casa queda tan oscura, cuando se va mi hijo, tan sola que me asusta, tan triste que maldigo...

No Quiero Despertar

No quiero despertar y no encontrarte, me asusta no hallarte entre mis sábanas, me mata la inquietud de no mirarte; de no sentirte y resentir tu falta No quiero despertar y no encontrarte, me aterra imaginar esa mañana, con rastros de una luz, color de sangre, de un perverso sol, huyendo a mansalva. No quiero despertar y no encontrarte, adoro sorprenderte, entremezclada, de luna y de mis besos, deslumbrante, ebria de amor y aurora, en tus pestañas. No quiero despertar, sin delinearte, las notas de un cantar, que llegue al alma.

Nuestro Secreto

Fuegos fatuos has prendido como estrellas con tus besos, que recorren con sigilo, los contornos de tu cuerpo. Fuegos fatuos que, repito, son pregón y son incendio, de este canto clandestino, que se agita entre mis dedos. Fuegos fatuos sorprensivos, honra y prez de tu recuerdo, son bastión y cruel destino; del dolor y del silencio, con marca de amor prohibido; que será nuestro secreto...

Fuegos Fatuos

Fuegos Fatuos Tu boca terca convoca a enamorarte en secreto, a desgarrarte la ropa; y arrebatarte los miedos. Tu boca roja provoca exclamaciones sin freno, rompen con ritmo de olas; la gravedad del silencio. Tu boca tenue sonroja y es una clave que encuentro, entre tu piel y que asombra, con inaudito deseo; y enciende como pólvora fuegos fatuos en tus besos...

La Edad de Oro

La Edad de Oro Yo creo que llegar a los cincuenta, es algo así como una lotería; ya por haber cumplido mil proezas, o por quedar pletórico de heridas. Yo creo que llegar a los cincuenta, implica a veces llanto y otras, risa. Lo mismo bienvenidas se festejan, que igual se conmemoran despedidas. Yo creo que llegar a los cincuenta, es simplemente, parte de la vida, con fases de  alegría y de tristeza, como hay sombras de noche y luz de día. Yo creo que llegar a los cincuenta, es comenzar a ver la otra orilla...

Nocturno Mudo

Te escribo entre tinieblas este nocturno mudo, a gritos de la piel que ágil te apremia, sin ritos, sin excusas, sin orgullos. Te escribo entre la noche, este pregón de sombras, con sangre de bandera que se rompe, que se incendia de amor, cuando te nombra; y vuelve la agonía, hecatombe. Te escribo entre silencios, a ráfagas de llanto y de nostalgias, volviendo esta pasión, feroz tormento, tu ausencia escandalosa de mi cama; y el frío de mi almohada, que vaga entre mi lecho. Te escribo entre lo oscuro, rabioso de tu cuerpo, vertiendo en estas ĺineas, solo luto, cansado de llorar, que no te tengo...